Eleanor Rigby

lunes, 11 de julio de 2011

Experiencias.

Tus palabras endulzaron mis oídos.
Me hicieron subir, por unos segundos, a la cima del mundo.
Me hiciste sentir una princesa, a quien, al lado tuyo, nada malo podría pasarle, con un simple "Te voy a cuidar".
Me hiciste vivir nuevas cosas, que hasta el momento nunca había vivido.
Me hiciste sentir un tumulto de intensas emociones.
Me hiciste temblar, reír, y por último, llorar.
Me abriste una puerta de la que nunca nadie había logrado antes encontrar la llave.
Me dijiste que era un sol, que sabía cuando tenía que brillar.
Con tus besos y tus abrazos calma me prestaste.
Me hiciste sentir que lo que estaba haciendo estaba bien, y lo que no sabia me lo enseñaste.
Despertaste algo que estuvo dormido durante muchos años...

Ahora quiero que de ello te hagas cargo. Me pides paciencia, me pides tiempo, sin tener en cuenta el poder de la palabra y las marcas imborrables que deja en las personas.
No te percatas del hecho de que no hay que envolver tanto si después vas a decir que no sabes donde estás parado.

Debería ser ilegal merecer un alma inexperta si después la vas a tirar a la deriva, sin pensar en las consecuencias. Debería ser punible. Pero creo que así más de la mitad de la especie humana estaría bajo condena, porque todos alguna vez, quizás sin saberlo, hicieron trizas un corazón.

Debería la gente aprender el poder de la palabra, para curar, sanar, castrar, asesinar, sus efectos en el sujeto.

Deberían todos los sujetos saber que en la vida nuestras decisiones son lo más importante. Hoy elijo no esperar de vos nada, elijo un let it be. Si vuelves, veremos que pasa...




Esto resume algo que empezó hace unas semanas. Me pidieron paciencia, me pidieron tiempo porque "tiene mil cosas en la cabeza". Excusas? Perhaps. "Termino de rendir y vuelvo a vivir". Vamos a ver si sigo acá cuando vos "vuelvas a vivir"....